lunes, 9 de abril de 2012

24 de marzo

A veces cierro los ojos
y la encuentro

a la amante ídola
la estudiante crítica suelta con el sol en la cara
la docente que no duerme y madura el cuerpo y la mirada
la guerrillera inocente dura
a la oscura perdida tímida arrebatada
la estrella que no está
pero brilla

aún así la que falta
es la hija del abuelo
entrando a la casa con la luz del mediodía
con sus manos hermanas
con un rumor de multitudes populares
en la no tan fría avellaneda

otras veces no la hallo
toco su olvido como desde
una lejana orilla de la sangre
sumisa y en silencio

(cada tanto tenemos pesadillas con sus verdugos
haciendo golpear el martillo
sobre un estrado que era una mesa de torturas).

cuesta decirle
que sigue el país custodiado por la muerte
sólo que se sacó las botas
y todavía hay hijos descalzos

que buscamos la dignidad
pero a veces encontramos peros
y otras palos
y pedirle
que los destroce con la fuerza de los millones de besos
que nos obligaron a guardarnos

que descanse
que nosotros no descansaremos
y que aquí en mi corazón hice brotar una rama
por si acaso aún vuela como un pájaro y quiere bajar
a traerme algún secreto.