miércoles, 5 de octubre de 2011

Una tarde te trajo la revolución.

Una tarde te trajo la revolución
la bailabas y como un animalito laborioso
ella recorría tu sangre y dibujaba tu cuerpo
¡rosa blindada! ¡Geisha de los pobres!
y te besé bien entrada la noche

Esa noche que no hizo frío ni miedo
dormimos juntos, muy juntos
y así es como moriremos, dije
empuñando el mismo fuego
si puedo hacer que me quieras
hasta el fin de la pobreza y después

Pero llegó la mañana y te fuiste
no sin antes llenarme la boca de flores
no sin ese último beso tembloroso
que aún me muerde.

1 comentario:

  1. "y así es como moriremos, dije
    empuñando el mismo fuego"

    una muerte compañera...
    increíble, como siempre..

    ResponderEliminar