jueves, 22 de diciembre de 2011

Querer

cada mañana es un trajín de sudores puros
la gris ciudad que trabaja se viste
con calores recién amanecidos
tibios como la piel de un niño

ya buscó en la noche
los ríos violetas
el sabor de los vientos
el descanso de lo que se hizo para el bien
y para el mal de los hombres

y yo quiero
ser digno de sus piernas
como pan recién nacido
en la boca del pueblo.

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