sábado, 27 de marzo de 2010

Una foto de Robert Plant

Hay una foto de Robert Plant que me tiene obsesionado. En la misma el personaje principal tiene unos 25 años, pelo rubio y largo a lo vikingo, un pantalón ajustado que le subraya el bulto, un cinturón rockero, el pecho al aire. La foto fue tomada seguramente entre la finalización de un tema y el comienzo del siguiente, en algún estadio de Estados Unidos. Fue en el año 73. La foto es en blanco y negro.
Detalle: Plant sostiene en su mano derecha una paloma. En la izquierda, un cigarro y una botella de licor. Sonríe mientras mira la paloma, como asombrado de semejante ocurrencia de la naturaleza. Metáfora: la foto no era trucada, la paloma había volado hasta allí seguramente seducida como muchas otras por esa bestia de gritos histéricos y místicos y rebalsantes de testosterona.
Algo así me gustaría sentir: tan pleno en la vida que la naturaleza me convierta en una estatua, en un momumento de su creación. El macho total. El músico total. La juventud en mí. El futuro como algo poco peligroso, menos amenazante. La liviandad de la dicha. El destino: nacer en los 50s para tener 20 años en los 70s. Tocar en una banda de rock, cambiar la cultura, soltarse el pelo, desatarse la represión. Estar mirando el techo de un hotel en plena gira mientras dos groupies, esas fantásticas criaturas de dios salidas de un cuadro del renacimiento o una novela de Kerouac, te la chupan. Y que tus gemidos quedan en la CODA de un tema.
Allí no hay cargas pesadas en la conciencia. Allí, al menos en esa foto, en ese Robert Plant que no era todavía el que fue en los ochenta (mejor no hablar de eso), sólo hay imaginación. Suspensión de la vida en un instante mágico que dispara creación, interpretación de la creación, un eros liberado, en plena ebullición.
Quería decir esto, y que nunca me había animado a escribir algo sobre Zeppelin, una obsesión histórica de quien escribe. Quería decir esto: que si (P)Elvis inventó el sexo de los 60s y los Beatles lo profundizaron y resignificaron, zeppelin creó categorías nuevas: Zeppelin es cojerse a la vida misma. No se si nos gusta tanto su música como haberla creado y tocado nosotros en ese mismo recorte de tiempo y espacio de este azar que reparte pan para sólo algunos. He dicho.

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